Es común oír que las mujeres hoy en día no tenemos verdaderos problemas, de esos que tenían las mujeres de antes. Que estamos bien. O por lo menos mejor. Pero hasta donde yo puedo entender, bien y mejor no son sinónimos. Aunque se usen, en este caso, como tal. Supongo que si hablamos de normalidad estamos en camino, pero no estar en el punto cero no significa bienestar, y no deberíamos conformarnos con un punto medio. Porque nadie merece una vida a medias. 

Creo sinceramente que muchas veces esto se dice sin maldad, por ignorancia del tema o por no poder ponernos en la piel de otra persona. No porque no queramos, sino porque es imposible sentir, desde nuestros propios zapatos, lo que siente el otro.


Totalmente imposible. 


Y es aquí donde ya ha comenzado la violencia contra la mujer. Cuando miramos desde lo alto de nuestros privilegios para decirle al otro (en este caso otra) que “oye, ahí abajo no se está nada mal. Te lo digo yo que nunca estuve.”


Porque la violencia contra la mujer acaba matando en muchos (muchísimos) casos pero nace en el día a día, y te daña tanto a nivel psicológico que te hace sentir pequeña y culpable. 


Y es muy complicado vivir una vida plena sintiéndote así.

 

La violencia contra la mujer empieza desde que nace, y no hablo de culturas en las que nacer mujer te trae todo lo malo que te pueda pasar. Hablo de la nuestra, esa que en teoría está concienciada con esta violencia y en la que las mujeres estamos mejor que antes. Estamos bien.

 

La violencia nace sin darnos cuenta, porque vivimos en una sociedad patriarcal y machista donde, aunque no queramos, interiorizamos creencias, roles, estereotipos que terminan haciéndonos creer a todos y todas la famosa frase de que el hombre es superior. 


Y SÍ, LO ES.


La mayoría de los hombres no sienten eso. “Yo no me creo superior a ninguna mujer”. Posiblemente sea cierto. Lo que no saben es que lo son. Porque no conocen la otra realidad. 


Pero existe otra realidad, aquí, ahora, que es muy diferente y que no puedes vivir ni sentir si no eres mujer.


Pero no la conocen:


  • Ser una puta por disfrutar de tu sexualidad. ¿El placer? un pecado y si no conoces tu cuerpo y lo que te gusta, mejor. Cuando más virgen más bonita y apetecible. 

  • Eres una solterona a los 50, tienes fecha de caducidad.

  • Que tus conquistas profesionales se pongan en duda (porque igual hincaste rodillas, no sabemos).

  • Que te echen la culpa de tu propia violación ¿Cómo ibas vestida? ¿Qué hacías allí? ¿Habías bebido? ¿Y por qué sales a la calle, no deberías estar hundida?.

  • Que se les exija sumisión, buena cara, poco carácter y sonreir. Sé una buena mujer.

  • Dedicarse a las tareas del hogar, a los hijos/as y ser, ante todo, madre. Y buena madre. Muy buena. De esas que no se quejan nunca ni salen a pasear.

  • Que se les juzgue si están bien o mal follados, lo feos que se ven con una postura “poco adecuada”

  • Las mujeres conducimos fatal. Porque se conduce con el pene ¿no? pero somos muy buenas en los chistes. Como protagonistas. Hay millones. 

  • Dejar de ser sexy por tener pelos. Qué poco higiénico y anti morbo. 

  • Que difundan videos o fotos de con quién has follado como una condena social. Guarra.

  • No han vivido ese miedo a caminar sola por la noche, o lo que es peor encontrarte con lo que más temes. 

  • La incomodidad de piropos o grabaciones en la calle de desconocidos que te ven como un objeto pasar. 

  • Ellos no tienen que tomar anticonceptivos para no quedarse embarazados, ni estar al tanto, ¿para qué?. Luchar con alguien se quita el condón en medio del sexo o incluso no quiere ponérselo. 

  • Que les despidan por ser madre y/o tengan que elegir entre su carrera profesional y tener un hijo/a. 

  • Que te acosen sexualmente cuando intentas hacer tu trabajo o quieres llegar a ser alguien en tu profesión.

  • Que trafiquen con tu cuerpo porque no tienes recursos y te maltraten de forma brutal sino das el placer que otros piden. Hacer lo que quieran, cuando quieran y como quieran. Siempre. No suena tan mal. Follar da gusto.

  • Ese “eres mía” y lo que conlleva poseer a alguien como si fuera un objeto a nuestra merced.

  • Ese deberías ir vestida como yo te digo, no enseñes mucho, no seas muy maja con los chicos que puedes confundirlos y no bailes de esta forma. 

  • Me has sonreído, eso es que quieres algo. Y si no lo quieres, te llevas unos insultos. Es lo lógico. Por malencarada. 

  • Ponte maquillaje, tacones y todos los accesorios que se esperan de ti. Machirula. Qué poco te cuidas. 

  • No te pases con el ejercicio, las mujeres muy fuertes son varoniles. Y no intentes hacer deportes de hombres, no son para ti.

  • Que contraten a un hombre porque estás en edad de tener hijos. ¿No había que tener muchos y ser buena madre?

  • Cobras bien por el puesto que tienes. Postúlate a otro cargo. Los altos cargos no son para mujeres. Lo siento. 

  • Porque somos un coñazo y ellos la polla. 


ETC,


ETC, 


ETC.


Y esto no pretende ser un alegato de lo malos que son los hombres porque nosotras somos super buenas o de que los hombres no sufren violencia y todas esas cosas que siempre solemos escuchar. NO. Esto pretende ser un espacio donde se visibiliza una realidad concreta y una violencia que vivimos las mujeres por el hecho de serlo. 


Es simple.


Lo que se espera de las mujeres nada tiene que ver con lo que se espera de los hombres. Y lo que reciben las mujeres de la sociedad nada tiene que ver con lo que reciben los hombres. 

Pedimos a las mujeres que, si quieren llegar a la meta, metan 200 goles a la pata coja mientras las fustigamos en cada fallo.


Y ese listón se llama violencia. Un machaque psicológico brutal que, en el peor de los casos, acaba con una muerta.

 

Es donde todo empieza. 


Y todos participamos. Porque todos y todas somos machistas porque nos hemos criado en esta sociedad y hemos mamado sus creencias y sus normas. 

Con un poco de suerte, no ejercemos como tal. Reflexionamos, cambiamos, nos corregimos, escuchamos lo que estamos pensando y sentimos horror. Pero lo pensamos. Ahí nace el problema. En que nadie nace pensando que el rosa es de chicas y los hombres no lloran. Pero de repente tenemos 20 años y nos encontramos pensando toda esa lista de cosas horrorosas citadas arriba. Sin saber porqué. Sin saber en qué momento. 


Y para cambiar esto hay que destruirnos y volver a construirnos continuamente. Luchar, mucho, cada día. Contra nosotros/as mismos/as y contra el mundo. Y una lucha significa solidaridad. 


Debemos de dejar de creer que todas las luchas que no nos incluyen como sujeto protagonista son un ataque hacia nosotros/as y debemos intentar ponernos, un poco más, en los zapatos de los demás. 


Pero...


También existen hombres que viven estas situaciones...


¿VERDAD? 


Dicen que no existe mayor mentira que una verdad a medias o fuera de contexto. Son más poderosas, más dañinas y fáciles de creer. 


Cuando queremos saber de verdad acerca de un tipo concreto de violencia y erradicarla tenemos que investigar, estudiar a fondo, analizar y entender cada factor que la compone, en su complejidad y en su UNICIDAD. Debemos hacerlo así. Si no lo hacemos así entonces no estamos haciendo ciencia. 


Y si no hacemos ciencia estamos recitando medias verdades.  



La violencia contra la mujer es una violencia estructural. Por su prevalencia, su combinación de violencias y la gravedad de estas. 









DATOS SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO:


Violencia machista en España:


  • 57,3 % de mujeres han sufrido algún tipo de violencia machista. Más de 11.688.411 mujeres.

  • Violencia en la pareja o expareja: 14,2% han sufrido violencia física o sexual. Más de 2.905.489 mujeres.

  • Violencia psicológica, de control, económica o emocional: 31,9%. Más de 6.517.062 mujeres. 

  • El 96,9% de las mujeres que han sufrido violencia física o sexual han sufrido algún tipo de violencia psicológica.

  • Violencia física o sexual fuera de la pareja: 6.5%. Más de 1.322.052 mujeres

  • Mujeres violadas: 2,2 %. Más de 453,371 mujeres.

  • El 40,4% de mujeres han sufrido acoso sexual a lo largo de su vida. Más de  8.240.537.



Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.




Comentarios

  1. Mui boa explicación ao fenómeno da Violencia de género, unha 'violencia aprendida socialmente' que debe ser combatida coa educación nestes fenómenos desde as idades máis temprás.

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  2. Mui boa explicación ao fenómeno da Violencia de género, unha 'violencia aprendida socialmente' que debe ser combatida coa educación nestes fenómenos desde as idades máis temprás.

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